Tras la febril ensoñación, los propósitos para humanizar la obsesión. La lucha interior por dejar de ser lo que eres; por pasar de la pasividad contemplativa a la acción. Hay unos que son Aquiles y otros, sin más remedio, Homero.
Voy a dejar de rodear tu barrio,
Voy a pelearme con tu calle vacía,
Voy a tirar mil piedras a tu balcón
Para comprobar que soy capaz
De llegar a tu puerta.
Voy a arriesgarme a encontrarte,
Voy a gritar hasta que ronquee mi timidez,
Voy a dejar de buscarte con los ojos
Para empezar a encontrarte
Con las palabras.
Voy a mancillar los umbrales de tu templo,
Voy a dejar mi huella en tu territorio,
Voy a tomar posesión de tu divinidad,
Para contemplar, al menos, la posibilidad
De volverte mortal.
Voy a pelearme con tu calle vacía,
Voy a tirar mil piedras a tu balcón
Para comprobar que soy capaz
De llegar a tu puerta.
Voy a arriesgarme a encontrarte,
Voy a gritar hasta que ronquee mi timidez,
Voy a dejar de buscarte con los ojos
Para empezar a encontrarte
Con las palabras.
Voy a mancillar los umbrales de tu templo,
Voy a dejar mi huella en tu territorio,
Voy a tomar posesión de tu divinidad,
Para contemplar, al menos, la posibilidad
De volverte mortal.
© Jesús Martín Camacho. 2005.
Barrio Gótico. Barcelona. Foto: © J. Martín Camacho. 2005.
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