miércoles, 29 de septiembre de 2010

PICANDO FINO

En la primera planta del restaurante bebíamos, charlábamos y comíamos. En ese orden según su duración. Había sido un vuelo de doce horas. La luz cambiaba y seguíamos charlando y bebiendo; ya no comíamos. El cuerpo se dejaba resbalar de la silla; las palabras colgaban de los labios; las copas, de las manos. Se espaciaban los silencios; se distraía la mirada. Allá abajo, el chef miraba a lo alto y sonreía: lentito, relájense. Mano segura en el corte, precisión y ternura en cada paso, una enésima primera vez para cada toque. Disfruten allá arriba, yo lo hago acá en mi espacito.


¿Cantará él las palabras del poeta?:

Desde que te fuiste
cocino cada día
tus platos favoritos,
mi dolor con ajos,
mi amargura en almíbar,
me humillo las pestañas
remuevo mi tristeza a fuego lento
y le pico muy fino
tu sonrisa.

De ¿Trinchera o Tumba?, (c) Agustín Corrales Domínguez.
Restaurante Estancia La Asunción en Palermo, Buenos Aires. Foto: (c) Jesús Martín Camacho.2008.

jueves, 16 de septiembre de 2010

CUENTOS SIN MORALEJA (XII): PINOCHO

Sigue mintiendo
crece el número de amantes
Pinocho feliz.
(c) Jesús Martín Camacho.2010.



Pinocchio mort. Miquel Barceló.

martes, 14 de septiembre de 2010

COMENCÉ A CARECER DE UNA PARTE DE MÍ

Desde este momento, aunque no con el sentido fúnebre con que lo dijo Ovidio:

coepi parte carere mei

Sí, a diario, comenzaré a carecer de una parte de mí, pero una gran parte suya estará conmigo. En todo momento. Y es que:

Ahora ya no se distingue el tú del yo,

Ahora sino por tus labios río,

Tus ojos son mi olor,

Mi piel tu oído,

Tu boca mi visión.

Con todo mi amor.



Estatua de Eros y Psique. Exposición Eros en el Coliseo de Roma. Foto: (c) Jesús Martín Camacho. 2007.

lunes, 13 de septiembre de 2010

EMPIEZA LA CARRERA

Ahora que comienzan las clases no está mal tener en mente lo que hay que evitar. Y me lo recuerdan mis amados rusos. El primero, V. D. Nabokov, padre del escritor:

"Porque el sistema de gimnasios que existía entonces, con su pesada insistencia en la gramática latina y en la griega, lo había creado el reaccionario conde Dimitri Tolstoi como parte de un plan cuya finalidad era proporcionar la educación que el pueblo ruso necesitaba tan desesperadamente para que el país pudiese competir con Occidente, sin fomentar el espíritu crítico ni el interés en el pensamiento moderno que podían ser una amenaza para la autocracia. V. D. Nabokov recuerda que su maestro de latín (que dentro del citado plan de estudios era su principal instructor) era un "déspota imbécil" que "junto con su horrible latín inculcaba un odio y un asco profundos a la asignatura, secando nuestras mentes, matando en nosotros todo interés por la antigüedad clásica, que se convirtió en una fuente de sufrimiento continuo y miedo cotidiano".
Brian Boid, Vladimir Nabokov. Los años rusos. Ed. Anagrama.


El segundo, en los mismos años, lo relata Dostoievski:

"- Las lenguas clásicas, si desean saber la opinión que me merecen, constituyen una medida policíaca; ésa es la única razón por la que han sido introducidas -poco a poco, Kolia empezó otra vez a sofocarse-; se han introducido porque son aburridas y embotan las facultades. Nos aburríamos, pues bien; ¿qué hacer para que el aburrimiento sea mayor? Había cosas absurdas, pues bien: ¿qué hacer para que lo sean más? Y se les ha ocurrido echar mano de las lenguas clásicas. Tal es la opinión rotunda que me merecen y espero no cambiarla nunca".
F. Dostoievski, Los hermanos Karamazov. Ed. Cátedra.

Empezamos la carrera de nueve meses. Estoy preparado.



Entrada al estadio de Olimpia. Foto: (c) Jesús Martín Camacho. Enero 2006.

viernes, 10 de septiembre de 2010

(RE)NACIMIENTO

Para Lía y Sergio. ¡Bienvenidos!


Volvemos a las andadas. Fallos técnicos, problemas de tiempo, cambios vitales, circunstancias de la vida, vaya, han provocado la interrupción del blog. Hasta tal punto, además, que incluso pensé en cerrarlo y crear uno nuevo. Pero no, habrá cambios, más o menos perceptibles, pero seguirán Las Crines Verdes. Digamos que será un renacimiento, y empezará con dos nacimientos. Prestemos la voz de Cunqueiro para Lía Martín Jiménez y Sergio Martín Quiñones. Y para todos ustedes.

"¡Pronto se oirán cantar los carros de los carboneros!" Y a lo largo de los días, iguales siglo a siglo, se iba haciendo el niño en el vientre. Al principio será como una hierbecilla, como un grano de trigo cándido, una pupila, una uñita, pero pronto viene a ser como el mosto que bulle, espuma y fermenta. Euriclea me miraba en silencio. Los días se fueron haciendo desiguales en nuestro corazón. "Me parece que lo siento sonreir aquí dentro", me decía. Argos, el can, apoyaba sus patas delanteras en las rodillas de Euriclea, y yo decía, riendo: "¡Ya quiere el viejo labrador jugar con el mamoncete!"... Claro que Ítaca es pequeña, pero medida con el paso de mis bueyes es un gran reino. Y le nace un hijo a Laertes, una noche cualquiera, y ese día para Laertes la pequeña Ítaca es inmensa, redonda como la Tierra, más ancha y rica que la Hélade toda (...)
- "Amigos ha llegado el gran desconocido. Mi hijo, ¿de quién amigo, de quién enemigo? Los primeros años es él quien va reconociéndonos poco a poco; más tarde, el resto de nuestra vida, lo pasaremos nosotros intentandoreconocerlo a él".

Álvaro Cunqueiro, Las mocedades de Ulises. 1960.




Lía. Sergio. Fotos: (c) Jesús Martín Camacho. 2010.