domingo, 23 de noviembre de 2008

ALGECIRAS, ALREDEDORES.



Años atrás un profesor me decía que Algeciras era la ciudad más fea ubicada en el enclave más hermoso. Y no le faltaba razón. No tanto por lo uno como por lo otro. De hecho, cada vez paseo menos por el centro de la ciudad y deseo más recorrer sus alrededores.


Sobre todo en este frío. Si el tiempo está despejado no dejan de impresionar las vistas desde el Puerto del Cabrito, no desmerecen mutatis mutandis a las del pirata de Espronceda: a un lado, la bahía de Algeciras; al otro, el pálido dorado de las arenas tarifeñas; enfrente, la cercana África; detrás, tierras interiores del Campo de Gibraltar.


Caminar con un buen amigo al lado, ya sea sin hablar, diciendo tonterías o repasando verdades hace doblemente buena la excursión. Si ese amigo es tu hermano, tan hermano como amigo, miel sobre hojuelas.

(nota bene: perdón por la calidad de las fotos. Sólo hice éstas. hay que cargar la batería antes de salir. En breve volveré y haré más).



Fotos: © jesús martín camacho.2008.

miércoles, 12 de noviembre de 2008

PESSOA, RICARDO REIS, SARAMAGO. LISBOA.

a Paco, que me descubrió Lisboa, Pessoa y Saramago. ¡Ahí es nada!


Lisboa tiene tantos amigos como enemigos. A mí, que me sedujo precisamente con la cualidad con que más la he oído criticar, su aspecto decadente, me tiene enamorado. La he visitado con todas las compañías y estados de ánimos imaginables, por todos los rincones, y no me hace cambiar de idea. De sentimiento.
Este amor a la ciudad me llevó (gracias, Víctor) a un autor también tan querido como denostado, José Saramago, en su lúcida y pausada reflexión de la ciudad de El año de la muerte de Ricardo Reis.
Ha sido Lisboa la que me ha llevado a Saramago, pero lo que realmente me ha atrapado ha sido la atmósfera pessoana (perdón por el adjetivo) de la aburrida rutina de su heterónimo Ricardo Reis.
Leer el siguiente fragmento ha sido recordar los más bellos pasajes del famoso “Hora absurda” de Pessoa. La soledad y la lluvia tras los cristales:


“Ricardo Reis cerró la ventana, apagó la luz, se sentó en la butaca, con una manta tendida sobre las rodillas, oyendo el oscuro y monótono ruido de la lluvia, este ruido es verdaderamente oscuro, tenía razón quien lo dijo. No se durmió, tiene los ojos muy abiertos, envueltos en la penumbra como un gusano de seda en su capullo, Estás solo, nadie lo sabe, calla y finge, murmuró estas palabras, en otro tiempo escritas, y las despreció porque no expresaban la soledad, sólo el decirlas, también al silencio y al fingimiento, por no ser capaces más de decir, porque ellas lo son, las palabras, aquello que declaran, estar solo, querido señor, es mucho más que conseguir decirlo y haberlo dicho”.
El año de la muerte de Ricardo Reis, J. Saramago, ed. Santillana, p. 238-239.


Y ahora, un fragmento de la maravillosa "Hora Absurda" de Pessoa. Con intención no lo escribo por completo. ¡Búsquenla los que no la conzocáis!


Llueve oro mate, mas no en lo exterior... Es dentro de mí... Soy la Hora,y la Hora es de asombros y toda ella escombros de ella misma...
En mi atención hay una viuda pobre que nunca llora...
En mi cielo interior nunca hubo una sola estrella..


Hoy el cielo es pesado como la idea de no llegar nunca a un puerto...La lluvia menuda está vacía... La Hora sabe a haber sido...
¡Y no haber algo como lechos para las naves!...
Absorta en alienarse de sí, tu mirada es una plaga sin sentido...


Canal de Beagle. Argentina. Foto: © Jesús Martín Camacho. 2008.

lunes, 10 de noviembre de 2008

EN UN LUGAR SOLITARIO (VI): THE HUSTLER

Para Carlos, Kodro y Víctor, cabezas visibles de la Asociación Juvenil y Cultural "José Saramago" de Estepa.

Nota previa: Muere Paul Newman y la Asociación Juvenil y Cultural "José Saramago" de Estepa quiere rendirle homenaje. Decide hacerle un homenaje proyectando en el Salón de Actos de la Casa de la Cultura The hustler (El buscavidas, Robert Rossen, 1961). Me piden el favor de que la presente. ¡Si el favor me lo están haciendo ellos!: el cine, hablar de cine, descubrirle a alguien una película, comentarle secretos a los que tendrá que atender. Ha sido una experiencia más que agradable, hermosa. Hay detalles que afianzan en mí la idea de que este tipo de actos son necesarios, sea cual sea su número de asistentes (en este caso treintaytantos): desde el matrimonio argentino, que vino a darme la mano -toda amabilidad, todo agradecimiento- y rogaron más actividades de este tipo, hasta la hermosa muchachita extranjera que decía haber entendido mejor la película gracias a los comentarios previos, o la comitiva sevillana que comentaba horas más tarde los detalles más variados del film. Gracias, amigos de la Asociación.


The Hustler
: Película fría, dura, cínica, pesimista. Para mayores. Blanco y negro de picados / contrapicados y espectadores retratados al fondo. Paul Newman trabajando con sus ojos, Jackie Gleason con su cuerpo, George C. Scott mefistofélico y Piper Laurie de soledad en grietas aceptadas. Enfrentamientos en la mesa de billar, en apartamentos, estaciones y en la cabeza. La búsqueda del carácter, la peligrosidad del talento. Caer o no. Cuatro personajes, caras de uno solo.


Antes de los diálogos, dos críticas:
"La soledad que sufre Sarah sólo es equiparable a la necesidad inconsciente de Eddie de encontrar su carácter. La soberbia en la interpretación de Paul Newman (que no soberbia interpretación en un juego fácil de palabras) y el realismo en la de Piper Laurie hallan su punto de encuentro en la costumbre de ganar -en cualquier terreno- de Bert (George C. Scott)."
Pat Martin, Alburquerque, New Mexico.

"Un jinete se acerca. Eddi Felson llega a la ciudad en su coche. Es el más rápido y preciso del oeste. Le llaman "relámpago". Su Winchister es un taco que dispara bolas de billar. Llega para desafiar a El gordo de Minessota. Termina con muescas en el taco y en el alma."
William Corrales, El Paso, Méjico.


Una barra. En primer plano Eddie Felson (Paul Newman) con un whisky. Tras él, a medio metro y sentado a una mesa, Bert Gordon (George C. Scott).


Bert Gordon: El billar.

Eddie Felson: ¿Es ironía?

Bert Gordon: No hay otro jugador de billar como tú si lo haces siempre como lo hiciste la otra noche en Ames. Tienes talento.

Eddie Felson: Pues si tengo talento, ¿qué me derrotó?

Bert Gordon: Tu carácter.

Eddie Felson: ¡Qué tontería!

Bert Gordon: Sabes que digo la verdad. Todos tenemos talento. Yo lo tengo, pero ¿crees que se puede jugar fuerte al billar durante 48 horas contando sólo con el talento? ¿Crees que el Gordo de Minnesota tiene fama de ser el mejor sólo por su talento? No. El Gordo de Minnesota tiene más carácter en un solo dedo que tú en todo tu cuerpo.

Eddie Felson: Me emborraché.

Bert Gordon: El bebió tanto whisky como tú.

Eddie Felson: Sabrá beber mejor que yo.

Bert Gordon: Sabe, desde luego también hay que tener talento para beber whisky. ¿Crees que El Gordo nació sabiendo beber?

(…) Se acerca a la barra, junto a Eddie.

Bert Gordon: Eddie, ¿puedo hacerte una observación personal?

Eddie Felson: ¿Más de las que me ha hecho?

Bert Gordon: Eddie has nacido para perder.

Eddie Felson:¿Que he nacido para perder?

Bert Gordon: Por primera vez en diez años vi al Gordo de Minnesota hundido, acorralado, pero le dejaste escapar.

Eddie Felson: Ya le he dicho que me emborraché.

Bert Gordon: Claro. Te emborrachaste. Tenías el mejor pretexto para perder. No importa perder con una buena excusa. Pero ganar resulta a veces como una carga, pesa mucho, es un fardo del que puedes deshacerte con una excusa. Lo único que tienes que hacer es compadecerte de ti mismo. Es uno de los mejores deportes: compadecerte de ti mismo. Es un deporte que gusta mucho. Sobre todo a los fracasados.