lunes, 19 de diciembre de 2005

CUENTOS SIN MORALEJA (III)


Sí, eran enanos
pero estás arrestada:
no eran adultos.
© jesús martín camacho. 2005.
(gracias, Vero, por la imagen)

viernes, 16 de diciembre de 2005

NUEVO DÍA

Para Rubén, "El Estupendo" de La Arboleda, Antequera y parte del extranjero.
La voz de Lole amanece en esta canción como el día: serena, fluyendo sin pausa, acariciando cada momento. La canción se vuelve hacia la naturaleza, y ésta la acoge de manera intuitiva, maternal. Ambas nos rodean cuando se escucha. Una maravilla
NUEVO DÍA



El sol, joven y fuerte,

ha vencido a la luna,

que se aleja impotente

del campo de batalla.






La luz vence tinieblas

por campiñas lejanas,

el aire huele a pan nuevo,
el pueblo se despereza,

ha llegado la mañana.

Al amanecer,
al amanecer,
con un beso blanco
yo te desperté.


La noche llegó,

la noche llegó,

Porque la montaña

se ha tragado al sol.

Y en la montaña se oye

un eco de gemidos

El viento ha quebrado juncos

que ya estaban florecidos.

Porque se ha escondido el sol,

se queda muda de pronto


la flauta del gorrión.

Saca la red,

hermano, saca la red,

que ya ha salido la luna,

no la vayas a coger.

Ayer, cuando amaneció,

una mariposa blanca

de un lirio se enamoró.


Que sí, que sí,
que no, que no,
que tú a mí no me quieres
como te quiero yo
© Lole y Manuel. 1975.
Fotos:
1 © Francisco Núñez Román. 2005.
2-5 © jesús martín camacho. 2004-05
1. Galaroza. Huelva.
2. Playa de Cuesta Manela, Almonte. Huelva.
3. Sierra de Sintra. Portugal.
4. Vilanova da Cacela, El Algarve. Portugal.
5. Alrededores del Teide. Tenerife.

miércoles, 14 de diciembre de 2005

CUENTOS SIN MORALEJA (II)

Bella durmiente
se te acabó el cuento
¡a trabajar!
© jesús martín camacho. 2005.



The Sleeping Beauty

© William Breakspeare (1855-1914)

Le petit poucet © Nicolas Reboul
Pulgarcito
aun con psicoterapia
se siente inferior
© Jesús Martín Camacho. 2005.

sábado, 10 de diciembre de 2005

SUGERENCIAS CINEMATOGRÁFICAS (I): MEDITERRÁNEO



Mediterráneo (1991). Nacionalidad: Italiana. Director: Gabriele Salvatores. Guión: Enzo Monteleone. Intérpretes: Diego Abatantuono (Nicola Lorusso); Claudio Bigagli (Raffaele Montini); Giuseppe Cederna (Antonio Farina); Claudio Bisio (Corrado Noventa); Vanna Barba (Vassilissa). Música: Giancarlo Bigazzi; Marco Falaggiani. Premios: Oscar al mejor film de habla no inglesa.

Segunda Guerra Mundial. Un puñado de soldados italianos son destinados a una pequeña isla perdida del mar Egeo con la misión de vigilar el posible paso de barcos enemigos y mantener la posición. Pero los barcos no aparecen y la isla parece abandonada. Tras la ruptura de la radio militar, el grupo queda aislado del mundo exterior y comienza a tomarse su trabajo con más calma. Los habitantes de la isla (sólo ancianos, niños y mujeres -la población valida está en el frente-), que han permanecido escondidos, cuando descubren que los militares son inofensivos, vuelven a su pueblo. Poco a poco se recupera en la isla el ancestral ritmo de vida cotidiano. El destacamento va quedando atrapado en él de una manera natural. La guerra se va olvidando...

SU LUZ Y SU OLOR:

Mediterráneo es calma como los posos del café. Mediterráneo se disfruta con la tranquilidad de una bucólica puesta de sol en la playa. Mediterráneo es alegre como un partido de fútbol de la infancia. Mediterráneo es entrañable como el recuerdo de la primera novia, el momento antes de dar el primer beso. Mediterráneo es profunda y simple como la filosofía de los ancianos curtidos por la experiencia marinera. Mediterráneo es clara, honesta como el color de su mar. Mediterráneo se ve, se siente, se huele. Mediterráneo te obliga a ser optimista con la vida.
© Jesús Martín Camacho. 2005.

viernes, 2 de diciembre de 2005

EN UN LUGAR SOLITARIO (I)


Dana Andrews, Vincent Price, Gene Tierney y Clifton Webb

Me gustaría empezar hoy, a modo de sesiones periódicas, una nueva serie de entradas dedicadas a diálogos de cine. Es un modo de reivindicar el arte de la palabra inteligente. Espero que lo disfruten.

Empiezo, cómo no, con Laura -de nuevo- y con una parte de su magistral primer principio: el detective McPherson se encuentra en casa del columnista Waldo Lydecker, un hombre tan refinado como soberbio, tan inteligente como mordaz, que se autopresenta como "el único hombre que realmente sabía quién era Laura". El policía investiga su asesinato y toma declaración al escritor. En esta primera entrevista, cada uno se interesa por la persona del otro, y ambos por la joven difunta.


Clifton Webb y Dana Andrews

McPherson:
"Tiene ud. buena memoria, sr. Lynecker"
Lydecker: "Siempre me resultó simpático aquel policía con tan poco apego a la vida"
McPherson: "Gracias. Confío en que no le daré motivos para cambiar ahora de opinión"
Lydeker: "¿Tiene alguna pregunta más que hacerme?"
McPherson: "Sí. Sólo una. Hace dos años, el diecisiete de octubre empezó escribiendo en su columna la crítica de un libro, pero al final mencionaba ud. el caso del asesinato de Harrington"
Lydecker: "¿Acaso los procesos de la mente creadora están ahora bajo la jurisdicción de la policía?"
McPherson: "Escribió ud. que Harrington fue asesinado con una escopeta de perdigones, igual que mataron a Laura Hunt hace dos noches".
Lydecker: "¿Escribí yo eso?"
McPherson: "Sí, pero a Harrington le mataron con un atizador"
Lydecker: "¡Qué vulgaridad! Mi versión era evidentemente superior. No me preocupan los pequeños detalles"
McPherson: "A mí, sí. Hasta la vista"
Lydecker: "¿Me permite que le acompañe?"
McPherson: "¿Para qué?"
Lydecker: "El asesinato es mi delito favorito. Escribo mucho sobre ellos. Sé que ha de visitar ud. a toda su lista de sospechosos y me interesan sus reacciones"


Dana Andrews, Clifton Webb, Vincent Price y Judith Anderson

McPherson:
"Ud. también figura en la lista"
Lydecker: "¡Claro! Pasarme por alto hubiera sido un insulto"
McPherson: "Puede resultar peligroso insultarle a ud., sr. Lydecker"
Lydecker: "¿De veras sospecha de mí?"
McPherson: "Sí"
Lydecker: "McPherson, si entiende ud. algo de caras, mire la mía. ¿No le resulta de lo más inocente mi expresión? ¿Ha visto alguna vez ojos tan cándidos?" (mira a McPherson, que está entretenido con un juguete de manos de equilibrios) "¿Confiscó eso en alguna redada en algún parque infantil?"
McPherson: "Educa el sistema nervioso. ¿Quiere ud. probar?"
Lydecker: "No, gracias"
McPherson: "¿Estaba ud. enamorado de Laura Hunt?... ¿Lo estaba ella de ud?
Lydecker: "Para Laura yo era el hombre más culto, ingenioso e interesante que había conocido.. Y yo estaba de acuerdo respecto a ello. También me tenía por el más gentil, cariñoso y... simpático ser de este mundo"
McPherson: "¿Y en eso seguía ud. de acuerdo?"
Lydecker: "McPherson, ud. no lo entenderá, pero yo intento ser el hombre más gentil, cariñoso, simpático y bueno de este mundo"
McPherson: "¿Y tiene éxito?"
Lydecker: "Le pondré un ejemplo: lamentaría ver a los niños de mis vecinos devorados por los lobos. ¿Nos vamos?"

Laura, Otto Preminger (1944). Guión de Jay Dratler, Samuel Hoffenstein, Elizabeth Reinhardt y Ring Lardner Jr. (sin acreditar), a partir de la novela de Vera Caspary.