martes, 18 de agosto de 2009

ESTAMBUL (I): PUENTE GÁLATA.

Pescadores sobre el Puente Gálata. Al fondo se divisa parte del Palacio de Topkapi, Santa Sofía, la Mezquita de Solimán y la Mezquita Nueva. Esta es la Estambul que me empezó a enseñar Petros Markaris.


domingo, 16 de agosto de 2009

EN LOS QUE SIN DUDA ESTUVISTE, EN LOS QUE SEGURO ESTARÁS.

Para Paqui, siempre en mis viajes.


Sí, estuviste en todos ellos.

En Lisboa, los brazos en tus hombros, empieza a hacer fresco en el Chapitô.
En Sintra, ladera arriba, ladera abajo.
En Atenas, de piedras sudadas y contraluz encontrada.
En Skopelos, bailando con cincuenta amigos desconocidos en la fiesta popular.
En Roma, el café te duraba una hora fragmentada en sus dos mil minutos; el pie descalzado sobre la silla, el muslo sobre el pecho.
En Londres, cachondeándote de la Tate Modern, pidiéndole perdon desde las vistas de su último piso.
En Praga, la sonrisa arrojada tras la primera pinta, los ojos lánguidos tras la segunda.
En París, deshilando el barrio judío.
En Buenos Aires, alegrándote a enjambre pleno.
En Estambul, tu mano en los puentes, la espalda contra la mezquita.

En todos ellos estuviste.

Foto: jesús martín camacho.2009.

sábado, 15 de agosto de 2009

CAPADOCIA (y VI): PENÉLOPES A TIEMPO COMPLETO.

No hablaré de la añoranza que no tendré de los gusanos de seda que no tuve y las hojas de morera que nunca arranqué.

No hablaré de los cuarenta filamentos que salen de cada capullo ni del hilo de un kilómetro que forman.





Tampoco de los odres de tintes naturales.





De sus colores cambiantes.



No hablaré de los hasta mil nudos que hay que hacer por cada centímetro de alfombras.

No hablaré de la multitud de horas, del desgaste de la vista, del destrozo de la espalda, de saber que a partir de los veinticinco años las tejedoras ya están en horas bajas.

No hablaré de las alfombras y los kilims.

De hecho, no voy a seguir hablando.
En algún lugar de la Capadocia. Fotos: jesús martín camacho.2009.

viernes, 14 de agosto de 2009

CAPADOCIA (V): KAIMAKLI. LA CIUDAD SUBTERRÁNEA

Final del s. V a.C. Jenofonte, con el resto de los maltrechos mercenarios griegos, recorre las inhóspitas tierras de la Capadocia en búsqueda del mar que les lleve de vuelta a casa. En un punto del camino se asombra de que no haya gente en las tierras por donde cruzan. Un muchacho le responde que viven en ciudades excavadas en el suelo y que se comunican unas con otras.
Para ocultarse, para defenderse, para sobrevivir, se construyó la ciudad de Kaimakli, nueve niveles de túneles subterráneos, a cuya maraña se accede a traves de un único pasadizo estrecho. Enemigos, que los hay, que se atrevan a pasar de uno en uno. En su extremo final un enorme disco de piedra, que únicamente se mueve desde el interior, tapona la entrada.

Únicamente se pueden visitar los cuatro primeros niveles, pero la cantidad de habitáculos, cocinas, establos, comedor, iglesias, salas funerarias,

túneles de ventilación,
dan perfecta idea del uso que hacían de ella los meses que pasaban allí viviendo hasta que desaparecía el peligro exterior.
Kaimakli, Neveshir. Capadocia. Fotos: jesús martín camacho.2009.

miércoles, 12 de agosto de 2009

CAPADOCIA (IV): GÖREME: EN ESTAS PIEDRAS EDIFICARÉ MI IGLESIA

Para Víctor Salas, sobre todo por la imagen de San Jorge.

Al amparo, más que bajo la protección de la ciudad de Göreme.

Alineadas en las cercanías de la fortaleza de Uchisar.

Entre los siglos IX - XI fueron excavadas, horadadas, esculpidas, las iglesias rupestres, que, irónicamente, se atrevieron a profesar de nuevo abiertamente su fe, tras la victoria sobre los árabes. Un paisaje cálido más allá de lo pétreo.

Hay que buscar penetrar sus siluetas.

Superar alguna que otra mínima dificultad.

Para, finalmente, disfrutar de la belleza y calma de sus sombras.

La iglesia de la Manzana.

La iglesia de Santa Bárbara.

Su sencillamente asombrosa representación iconoclasta del Demonio.


La iglesia de la Serpiente.

Un paseo. Un retiro. Un viaje interior. Un éxtasis visual. Un ALGO.

Fotos: jesús martín camacho.2009.

jueves, 6 de agosto de 2009

CAPADOCIA (III): ENTRE ÜRGÜP Y NEVSEHIR DESDE LAS ALTURAS

Para Kike, amigo, compadre y organizador de todo este periplo.


Los madrugones se suceden uno tras otro. El café no puede nada contra las cuatro y media de la mañana si te has dormido cerca de las dos. Cuando estás, el pueblo ya te mira con desdén: "¡perezoso!"




Pero ver el globo hinchándose sí destierra los bostezos.








Tu mirada, fija desde hace un rato en el proceso, se distrae, y entonces el colorido de interior de la lona, se multiplica en el exterior. El cielo se contagia de ellos.





Ya desde arriba uno aprecia los caprichos -o la mezcla calculada en su justa proporción, vete tú a saber- de la historia geológica, que se inventaron las chimeneas de las hadas y nos legaron el paisaje.






Y se juega a corretear entre sus figuras. A dribrarlas, incluso.




Uno divisa su hotel-oasis desde setecientos metros. Y le empieza a rugir el estómago.

Hay manos que te ayudan a bajar de las alturas (de todas).

Y uno se sienta a desayunar a las ocho de la mañana, creyendo que ya ha hecho lo mejor del día.

Y no....

Entre Nevsehir y Ürgüp. Fotos: jesús martín camacho.2009.

miércoles, 5 de agosto de 2009

CAPADOCIA (II): ELENCO

Al igual que con Argentina, las siguientes entradas serán un paréntesis en la naturaleza habitual de este blog. Permitid que hagamos esta concesión a los desconsolados amigos de los viajeros, que anhelan tener noticias de ellos. Así pues, antes de nada conozcamos a los protagonistas:


Sergio, el me meto en todas partes. Por fin le traen la comida a la misma hora que a los demás (es buffet libre).

Tano dj, el que ha dado un nuevo significado a la expresión "echar una cabezada". Tano modelo.


Nanda, la mujer que buscó, rebuscó y encontró su kilim.


Mari San San San, siempre habrá una cámara buena para hacerle fotos.

Vane, la de los mejores bolsos de San Blas. Siempre tendrá una pregunta sobre el viaje. Siempre habrá una foto para hacer.



Samara, la que nos picó para el viaje en globo. A la que le picó, literalmente, antes de montarse.



Jesús, como siempre, el que hace las fotos. Esto no es un autorretrato.