Conste que lo que sigue nada tiene que ver con mi estado de ánimo, sólo con mis preferencias literarias.
Estoy disfrutando como hace mucho tiempo no lo hacía con un libro entre manos. El responsable, Ricardo Piglia. la obra, Respiración artificial. Combinación de intriga, ensayo, conversaciones interruptas, historia reciente, reflexiones, juegos literarios. Y obligarte a leer con mucha atención, calma, reflexión. Esfuerzo constante. Me reencuentro con la literatura.
Os pongo un fragmento y lo "engancho" con unos de los finales más coherentes que he leído jamas. De mi adorado Eça de Queirós y su imponente Los Maya. Disfrutad. Reflexionad. Repito: no tiene nada que ver con mi actual estado de ánimo.
“Nos han tocado malos tiempos, como a todos los hombres, y hay que aprender a vivir sin ilusiones. El amigo de un amigo tuvo una vez un accidente: un tipo medio loco lo atacó con una navaja y lo tuvo secuestrado en el baño de un bar casi tres horas. Quería que le dieran un auto y pasaporte y que lo dejaran cruzar al Brasil, de lo contrario iba a tener que matarlo (al amigo de mi amigo). El loco temblaba como un endemoniado y le puso la navaja en la garganta y en un momento dado lo obligó a arrodillarse y a rezar un padrenuestro. La cosa se iba poniendo cada vez peor, cuando de golpe al loco se le pasó el revire y soltó el arma y empezó a pedirle disculpas a todo el mundo. Un momento de nervios lo tiene cualquiera, decía. El amigo de mi amigo salió del baño caminando como dormido y se apoyó en una pared y dijo: Por fin me ha sucedido algo. Por fin me ha sucedido algo, ¿no es sensacional?, me escribía Maggi.”
Ricardo Piglia, Respiración artificial, ed. Anagrama, p. 26.
“-¡Una auténtica existencia de hombre! En diez años no me ha ocurrido nada digno de mención, a no ser cuando se me partió el faetón en la carretera de Saint-Cloud… Salí en El Figaro.
Ega se levantó e hizo un gesto desolado:
-¡Hemos fracasado en todo!”
Eça de Queirós, Los Maia. Trad. Jorge Gimeno, ed. Pre-Textos, p. 826.
Foto: Diletantismo. © Jesús Martín Camacho. 2007.