miércoles, 12 de noviembre de 2008

PESSOA, RICARDO REIS, SARAMAGO. LISBOA.

a Paco, que me descubrió Lisboa, Pessoa y Saramago. ¡Ahí es nada!


Lisboa tiene tantos amigos como enemigos. A mí, que me sedujo precisamente con la cualidad con que más la he oído criticar, su aspecto decadente, me tiene enamorado. La he visitado con todas las compañías y estados de ánimos imaginables, por todos los rincones, y no me hace cambiar de idea. De sentimiento.
Este amor a la ciudad me llevó (gracias, Víctor) a un autor también tan querido como denostado, José Saramago, en su lúcida y pausada reflexión de la ciudad de El año de la muerte de Ricardo Reis.
Ha sido Lisboa la que me ha llevado a Saramago, pero lo que realmente me ha atrapado ha sido la atmósfera pessoana (perdón por el adjetivo) de la aburrida rutina de su heterónimo Ricardo Reis.
Leer el siguiente fragmento ha sido recordar los más bellos pasajes del famoso “Hora absurda” de Pessoa. La soledad y la lluvia tras los cristales:


“Ricardo Reis cerró la ventana, apagó la luz, se sentó en la butaca, con una manta tendida sobre las rodillas, oyendo el oscuro y monótono ruido de la lluvia, este ruido es verdaderamente oscuro, tenía razón quien lo dijo. No se durmió, tiene los ojos muy abiertos, envueltos en la penumbra como un gusano de seda en su capullo, Estás solo, nadie lo sabe, calla y finge, murmuró estas palabras, en otro tiempo escritas, y las despreció porque no expresaban la soledad, sólo el decirlas, también al silencio y al fingimiento, por no ser capaces más de decir, porque ellas lo son, las palabras, aquello que declaran, estar solo, querido señor, es mucho más que conseguir decirlo y haberlo dicho”.
El año de la muerte de Ricardo Reis, J. Saramago, ed. Santillana, p. 238-239.


Y ahora, un fragmento de la maravillosa "Hora Absurda" de Pessoa. Con intención no lo escribo por completo. ¡Búsquenla los que no la conzocáis!


Llueve oro mate, mas no en lo exterior... Es dentro de mí... Soy la Hora,y la Hora es de asombros y toda ella escombros de ella misma...
En mi atención hay una viuda pobre que nunca llora...
En mi cielo interior nunca hubo una sola estrella..


Hoy el cielo es pesado como la idea de no llegar nunca a un puerto...La lluvia menuda está vacía... La Hora sabe a haber sido...
¡Y no haber algo como lechos para las naves!...
Absorta en alienarse de sí, tu mirada es una plaga sin sentido...


Canal de Beagle. Argentina. Foto: © Jesús Martín Camacho. 2008.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Suave é viver só.

蚵仔麵線Jeff dijo...
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