jueves, 10 de noviembre de 2005

AD HOSPITIVM

Explorar un cuerpo, recorrer sus caminos. Mil maneras de hacerlo, mil senderos distintos. Y cada vez más conocido y una vez más diverso. El punto intermedio entre lo pausado y el frenesí; lo consciente y el arrebato. Aceptar su invitación, hacerlo tuyo. Llegar a su hospedaje.
Siete son los caminos que tu calor orientan:
El umbral está en tu nuca;
Despoblemos su camino de fronda.
La abrupta cima de tu clavícula
Es coronada de besos apenas opresivos
Las concavidades de los omóplatos;
Despeñado torrente de hormigueos.
El mediodía entre tus pechos;
La tibieza de un descenso.
El descanso en el vientre;
La planicie de su tersa (im)paciencia.
Recorro las dunas de tus caderas;
Inabarcables, incitadoras, hospitalarias.
El ángulo interior de tus muslos anhela
La exploración de su umbría calidez.
He alcanzado tu centro.
Me recibes, me quemas.
@ Jesús Martín Camacho. 2005.
Diana (detalle), J.P. Houdon, 1780. Museo Gulbenkian. Lisboa (Portugal). Foto:@ Jesús Martín Camacho. 2004.

2 comentarios:

Víctor Salas dijo...

Increible, y todavía tienes la poca vergúenza de sonrojarte cuando se te adula, pues no sé que esperas hijo. Esta última posía me ha dejado con el culo pegado a la silla y la boca abierta varios minutos. En pocas palabras me ha encantado.

Iesus dijo...

Me alegro un montón, porque me costó bastante. Y es que a ti siempre te gustó el senderismo...