Esto es para ti. Porque, en contra de lo esperable, a veces es mejor no insistir. Y he tenido la suerte de haberlo comprobado.
Tardaste exactamente una eternidad
Menos dos minutos en cerrar tu puerta;
Los que a mí me faltaron para subir
Los tres escalones de vuelta al calor.
Desde entonces, inmovilidad: luz-
Contador-oscuridad-luz-contador-
Oscuridad-luz-contador-oscuridad-,
Hasta que el portazo que comenzó
En tu dormitorio acabó por estallar
En algún lugar entre mi estómago
Y mi cabeza, para luego salir por mis labios,
Desfallecido, a modo de suspiro resignado,
Sospechosamente repetitivo.
Menos dos minutos en cerrar tu puerta;
Los que a mí me faltaron para subir
Los tres escalones de vuelta al calor.
Desde entonces, inmovilidad: luz-
Contador-oscuridad-luz-contador-
Oscuridad-luz-contador-oscuridad-,
Hasta que el portazo que comenzó
En tu dormitorio acabó por estallar
En algún lugar entre mi estómago
Y mi cabeza, para luego salir por mis labios,
Desfallecido, a modo de suspiro resignado,
Sospechosamente repetitivo.
© Jesús Martín Camacho. 2005.

Playa de Carvoeiro. Algarve. Portugal. Foto © Jesús Martín Camacho. 2005.
1 comentario:
Me siento muy halagada...es un poema precioso, es para los dos. Envidio tu capacidad de expresar lo que piensas y sientes tan nítidamente. Gracias.
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