Querido, y cada vez más admirado Juanjo: Recibido, palpado, recitado, palpado, olido, sentido, tocado, abatido.
Salónica, Mayo de 1936. Una madre, en mitad de la calle, llora a su hijo asesinado. A su alrededor y sobre ella, zumban y se rompen oleadas de manifestantes -obreros del tabaco en huelga-. Ella continúa su treno:
En la ventana te parabas y tus anchas espaldas
tapiaban la vista por completo, el mar, las barcas;
tu sombra como un arcángel inundaba la casa
y allá en tu oído chispeaba la flor del atardecer.
Nuestra ventana era la puerta del mundo
y daba al paraíso, donde florecían, luz de mi vida, lasestrellas.
Mientras estabas ahí de pie mirando cómo se encendía el poniente,
parecías un timonel y la habitación un barco.
Y en el vaivén de la serena tarde azulada
navegábamos al interior sigiloso de la galaxia.
Pero el barco se ha hundido y se ha roto el timón,
y yo voy y vengo a la deriva, sola en el fondo del mar,
y ni termino de ahogarme ni alcanzo la superficie;
hago por sujetarme en donde sea pero sólo agarro algas;
las algas se rompen y otra vez el océano me arrastra en sus aguas,
y ya ni sé qué parte es la de arriba ni cuál la de abajo.
Epitafio, canto XV, Yannis Ritsos, traducido por Juan José Tejero.
Serv. Publicaciones de la Diputación de Huelva. 2010.
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Otros son asesinados poco a poco. Roma. Foto: (c) Jesús Martín Camacho. 2008.
2 comentarios:
Un cálido abrazo desde Valencia, querido Jesús. Muchísimas gracias y enhorabuena por la fotografía, no podías haber elegido mejor.
Juanjo
Las gracias son para Ritsos y, sobre todo, para ti. ¡Qué manera más ejemplar de transmitirlo dede la forma y el fondo, las palabras y el sentimiento! Siéntete bien orgulloso, amigo.
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