domingo, 10 de octubre de 2010

EL CERVATILLO ABATIDO

Querido, y cada vez más admirado Juanjo: Recibido, palpado, recitado, palpado, olido, sentido, tocado, abatido.

Salónica, Mayo de 1936. Una madre, en mitad de la calle, llora a su hijo asesinado. A su alrededor y sobre ella, zumban y se rompen oleadas de manifestantes -obreros del tabaco en huelga-. Ella continúa su treno:

En la ventana te parabas y tus anchas espaldas
tapiaban la vista por completo, el mar, las barcas;

tu sombra como un arcángel inundaba la casa
y allá en tu oído chispeaba la flor del atardecer.

Nuestra ventana era la puerta del mundo
y daba al paraíso, donde florecían, luz de mi vida, lasestrellas.

Mientras estabas ahí de pie mirando cómo se encendía el poniente,
parecías un timonel y la habitación un barco.

Y en el vaivén de la serena tarde azulada
navegábamos al interior sigiloso de la galaxia.

Pero el barco se ha hundido y se ha roto el timón,
y yo voy y vengo a la deriva, sola en el fondo del mar,

y ni termino de ahogarme ni alcanzo la superficie;
hago por sujetarme en donde sea pero sólo agarro algas;

las algas se rompen y otra vez el océano me arrastra en sus aguas,
y ya ni sé qué parte es la de arriba ni cuál la de abajo.

Epitafio, canto XV, Yannis Ritsos, traducido por Juan José Tejero.
Serv. Publicaciones de la Diputación de Huelva. 2010.


Otros son asesinados poco a poco. Roma. Foto: (c) Jesús Martín Camacho. 2008.

2 comentarios:

Juan José Tejero dijo...

Un cálido abrazo desde Valencia, querido Jesús. Muchísimas gracias y enhorabuena por la fotografía, no podías haber elegido mejor.
Juanjo

Iesus dijo...

Las gracias son para Ritsos y, sobre todo, para ti. ¡Qué manera más ejemplar de transmitirlo dede la forma y el fondo, las palabras y el sentimiento! Siéntete bien orgulloso, amigo.