jueves, 7 de agosto de 2008

BUENOS AIRES, ¡QUÉ BIEN QUE ME LLEGASTE!

Para Cristian (sin hache), que, viviendo lejos de su patria, la siente bien cerca.
Sí, yo no he llegado a Buenos Aires, ella me ha llegado a mí. Sí, ella, para mí es desde ya una ciudad femenina: mi Buenos Aires querida. Así la siento, porque así me ha conquistado. No con su arquitectura tan ajena a mí ni su urbanismo cuadriculado, no; ella ha jugado sus cartas y ha sabido seducirme por mis puntos flacos, uno a uno:
Desde el primer momento, porque ya desde mucho antes de tener ni pensado (¡ni tan siquiera soñado!) conocerla, me atraía mucho, demasiado (aquí somos muchos sus pretendientes, ¿no?).
Además, me da donde más me duele con su mejor arma: innumerables librerías (y no es hipérbole) que surgen a cada cuadra, a uno y otro lado, como afluentes, remanso tranquilo donde descansar del ajetreo de las calles principales (¡dioses, qué tráfico!). De todo tipo, para todo público, todos los precios, y con la atención constante, no amenazante, amigable del librero. De ello dan fe mis compañeros de viaje, más comunicativos que yo.

Su comida, el hecho de comer: prepararse, charlar, beber, elegir platos, conversar, saber que hay que dar tiempo al estómago y a la mente. ¡Cuánto me alegro de que este sea un viajo largo, sin prisas!



Y, por último, ¡cómo me puedo resistir a una catedral cuya fachada principal es de estilo neoclásico, asemejando un templo clásico. Sí, es muy fea, pero sabe dónde me duele. Es mi fea.

...Y también sus avenidas, sus paseos, su gente, su oferta teatral: el mismo día de llegada tocó Beckett y su "Final de partida" en el Centro Cultural de la Cooperación, hermosa conjunción de edificoio, ideales e involucración sociocultural; hoy, Molière y "las mujeres sabias"; y muchas más que habrá. ¡Suerte que contamos con un entregado del teatro en nuestro quinteto!
Sí. Mi Buenos Aires querida. ¡Qué bueno que me llegaste!
Fotos: © Jesús Martín Camacho.2008.
1. Bandera de la República Argentina. Plaza de Mayo. Buenos Aires.
2. Librería de Avila, la más antigua de Buenos Aires.
3. Restaurante La Asunción, en Palermo, Buenos Aires.
4. Catedral Metropolitana de Buenos Aires. Plaza de Mayo.

6 comentarios:

Anónimo dijo...

bonitas palabras para describir mi buenos aires querido jaja que bonito seria poder ver sus caras a cada paso por esa ciudad desconocida... al menos estas palabras me dicen que algo le sorprendio de la ciudad... bueno... solo decirle que aproveche y se divierta mucho y gracias por compartir palabras tan buenas para con mi ciudad

Francisco dijo...

¡¡Qué mala es la envidia sana!!
Un saludo desde el otro lado del charco.
Y no te preocupes, no voy a recordarte aquí lo de la cisterna.

Iesus dijo...

Amigo anónimo, la capacidad para sorprender, aunque suene un contrasentido, está garantizada aquí en Buenos Aires.

Iesus dijo...

Paquito, gracias por no recordármelo, así no tengo la obligación de responderte que sí, efectivamente, así es.
Besos.

Anónimo dijo...

Hola nuestro Chui

Que envidia, pero como va eso de las argentinas contorsionistas?

Un saludo eterno

Luis

Iesus dijo...

Luis, que se apodera de ti el espíritu de las olimpiadas...
Un abrazo, compañero.