miércoles, 1 de febrero de 2006

LOS AQUEOS DE HERMOSAS GREBAS

"Al amanecer del día siguiente, tomamos alimentos, deprisa,
y luego nos colocamos las armas"
Para el amigo -en la distancia- José Luís, lo lea o no, y su admiración por los ideales homéricos.

Las armaduras de los guerreros que fueron a Troya ("Venían hacía nosotros como las olas contra los escollos, brillaban sus armas como la espuma del mar cuando salpica sobre la cresta del agua"). Los héroes cantados por tantos y tantos aedos desconocidos hasta que Homero les ofreció, a través del papel, una inmortalidad verdadera: Aquiles, el de los pies ligeros ("...y la lanza, la famosa lanza que su padre le había entregado para dar muerte a los héroes. Por último, embrazó el escudo: era enorme y poderoso, despedía un resplandor como el de la luna. El cosmos entero estaba allí representado); Agamenón, el rey de reyes ("Los empujaba con una fuerza nunca vista, como su aquélla fuera su jornada de gloria"); Odiseo, el de múltiples argucias ("Nos vestimos poniéndonos temibles armas. Diomedes, una espada de doble filo y un escudo; yo, una aljaba, un arco y una espada. Ambos nos colocamos un yelmo de cuero: nada de bronce, ningún destello en la oscuridad"); Diomedes, el del grito poderoso ("Las armas refulgían sobre sus hombros y su cabeza, brillaba como brilla el astro de otoño surgiendo del océano") Ayante de Telamón, "el único entre nosotros que tenía alguna oportunidad de vencer a Héctor"; Patroclo, el sacrificado salvador de los aqueos ("Se vistió de bronce refulgente. Se puso las espinilleras en las pantorrilas, hermosísimas, con los refuerzos de plata en los tobillos. En el pecho se puso la coraza de Aquiles: centelleaba como una estrella. Se echó a los hombros la espada ornada con plata y luego el escudo, grande y pesado. En su valiente cabeza, se puso el yelmo bien labrado: oscilaba en lo alto, temible, el penacho de crin de caballo. Al final, eligió dos lanzas"); y muchos otros, otros muchos...

Fotos:

1-4: Museo de Olimpia. Olimpia. Grecia. © Jesús Martín Camacho. 2006.

5: Museo de Micenas. Micenas. Grecia. © Jesús Martín Camacho. 2006.

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