domingo, 5 de febrero de 2006

EN UN LUGAR SOLITARIO (II)

Para Paquito Amores, por su amor al cine, por destrozarle unos cuantos fotogramas tijeras en mano, y por dejarme Reservoir Dogs.

En una cafetería hay ocho hombres tomando café y discutiendo acerca del significado de la canción Like a virgen, de Madonna. Excepto Joe y Eddie Cabot, padre e hijo, uno intuye en seguida que los demás no se conocen entre ellos ni tienen la intención de hacerlo. Se llaman por colores y todos visten traje de chaqueta negro y corbata fina del mismo color. Esto basta al espectador para sospechar que algún negocio sucio se traen entre manos -lo cual choca con la banalidad de su charla: amena y distendida-.
Aquí, el principio de la ópera prima de Quentin Tarantino, sin duda, el director que más influencia ha tenido en el cine de acción de los noventa (así como Peckinpah lo fue a finales de los sesenta y setenta y Spielberg entre los setenta y los ochenta). Una de sus señas de identidad: la soltura a la hora de escribir conversaciones magistrales sobre cualquier tema y en cualquier situación de la película. Me quedo con ésta del comienzo de Reservoir dogs (1992). Joe Cabot (Lawrence Tierney) se dispone a pagar la cuenta del desayuno.

Joe Cabot: Bueno, yo me ocupo de la cuenta y vosotros de la propina. Tocamos a un pavo por barba…
Eddie Cabot: Bueno, todos a aflojar la mosca para la señorita.
(Todos ponen el dinero, menos el sr. Rosa, que mira a todas partes)
Eddie Cabot: Vamos suelta un pavo.
Sr. Rosa: Ah, ah, no doy propina.
Eddie Cabot: ¿No das propina?
Sr. Rosa: No, no creo en eso.
Eddie Cabot: ¿No crees en dar propinas?
Sr. Azul: ¿Sabes lo que ganan esas chicas? Una mierda.
Sr. Rosa: No jodas, si no ganan bastante, que lo dejen.
Eddie Cabot: Ni un puto judío tendría huevos para decir eso. Bueno, a ver si está claro, ¿tú nunca dejas propina?
Sr. Rosa: Aunque esté bien visto, no me siento obligado a hacerlo. De acuerdo, si alguien se lo merece, si se esfuerza, le doy algo extra; pero, dar propina porque sí, por costumbre, no va conmigo. Es de bobos.
(Risas)
Sr. Rosa: Al fin y al cabo, sólo están haciendo su trabajo.
Sr. Azul: La chica es simpática.
Sr. Rosa: No está mal, pero tampoco es nada especial.
Sr. Azul: ¿Qué querías? ¿Que te la chupara debajo de la mesa?
(Risas)
Eddie Cabot: Yo por eso daría una buena propina.
Sr. Rosa: Oye, he pedido un café. Llevamos aquí un huevo de tiempo y sólo me ha llenado la taza tres veces. Cuando pido un café, quiero que me sirvan seis veces.
Sr. Amarillo: ¿Seis veces? Bueno, ¿Y si está demasiado ocupada?
Sr. Rosa: Ocupada no debería estar en el vocabulario de una buena camarera.
Eddie Cabot: Disculpe, sr. Rosa, lo último que necesita es otro café. Le pone muy nervioso.
(Risas)
Sr. Rosa: En fin. Estas tías no están muertas de hambre. Cobran el salario mínimo. Yo también trabajé así, cobrando eso, pero entonces no tuve la suerte de que alguien me diese propinas.
Sr. Azul: No te preocupa que para vivir necesiten tus propinas.
Sr. Rosa: ¿Sabes qué es esto? (acaricia su dedo pulgar sobre el índice): el único violín del mundo que escuchan las camareras.

Michael Madsen, Harvey Keitel, Tim Roth, Quentin Tarantino y Steve Buscemi


Sr. Blanco: No tienes ni idea de lo que estás diciendo. Esta gente se rompe el culo. Es un trabajo duro.
Sr. Rosa: Y trabajar en McDonalds también, pero a ellos no les dejas propinas. ¿Por qué no? Te sirven igual. Pero no, la sociedad dice no dejes propina a estos, pero, sin embargo, dáselas a aquellos. Gilipolleces.
Sr. Blanco: La hostelería es la mayor ocupación de las mujeres sin cualificación y sin estudios de este país. Es el único trabajo que cualquier mujer puede hacer para ganarse la vida… y la base son las propinas.
Sr. Rosa: Que les den por culo.
(Risas)
Sr. Rosa: Dios mío, siento mucho que el gobierno les haga pagar impuestos pero ¿qué vamos a hacerle?, no es culpa mía. Además, ¿para qué tanto lío? Las camareras no son las únicas a las que el gobierno jode por costumbre. Mira, si me presentas un escrito protestando para que no lo hagan, lo firmaré. Votaría en contra de ello, pero te aseguro que no pienso pagar. Y en cuanto a lo de sin cualificación, lo tengo muy claro: que aprendan a escribir a máquina. Si están esperando que les ayude a pagar sus gastos, van de culo.
Sr. Naranja: Me ha convencido. Devuélveme mi dólar.
Eddie Cabot: ¡Eh! Dejad ahí la pasta.
(Vuelve Joe Cabot)
Joe Cabot: Bueno tíos, es hora de abrirse… (Recoge el dinero)… un momento… ¿quién no ha puesto?
Sr. Naranja: El sr. Rosa.
Joe Cabot: ¿El sr. Rosa? ¿Por qué no?
Sr. Naranja: Nunca deja.
Joe Cabot: ¿Nunca deja propina? ¿Por qué no dejas…?
Sr. Naranja: No cree en eso.
Joe Cabot: ¡Cállate!... ¿Cómo es que no crees en eso?... Vamos, suelta un pavo, maldito tacaño. Te he pagado el desayuno.
Sr. Rosa: Bueno, está bien, como me has invitado, pagaré, pero normalmente no lo hago.
Joe Cabot: Me da igual lo que hagas normalmente. Tú suelta un puto pavo como todos los demás.

Michael Madsen, Quentin Tarantino, Harvey Keitel, Chris Penn, Lawrence Tierney, Tim Roth y Steve Buscemi

Reservoir dogs, dirigida por Quentin Tarantino (1992), con guión de Quentin Tarantino y Roger Avary.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Muchas gracias por esa dedicatoria, en esta gran película donde cogiendo algo de Kurosawa y algo del "Atraco Perfecto" de Kubrick, hizo que muchos jovenes amantes del cine descubrieramos como de los clásicos también podíamos sacar una gran película adaptada a nuestros tiempos y viéndola como si fuera algo totalmente nuevo.
Una dedicatoria especial también al actor Chirs Penn fallecido hace poco, el cual participó en una película relacionado con Tarantino (Guion) "Amor a Quemarropa", y actor de peliculas de nuestra juventud como "La ley de la calle" y "Footloose".
Un saludo, Paquito Amores

Iesus dijo...

Verdad. Se me olvidó un RIP para el bueno de Chris. Genial en "Amor a quemarropa", que, por otra parte, no me negaras que es de lo mejorcito de Tony Scott (ay, la mano de Quentin). Y hablando de préstamos, o más bien de rumiar, deconstruir, rumiar y volver a crear a partir de clásicos -y no-, dentro de poco hablaré un poco de "Jennie" y de todos los que han bebido de ella.
Un abrazo, campeón