martes, 2 de agosto de 2011

SAN PETERSBURGO: UNA CIUDAD ENTRE LÍNEAS (IV)

Para Fermín, por ser uno de sus libros de cabecera y éste el pasaje que más denostó Nabokov.

Sonia leía con voz sonora y exaltada, trémula y aterida, como si estuviera presenciando la escena.
-"... ligados con fajas pies y manos y el rostro envuelto en un sudario. Jesús les dijo: Soltadle y dejadle ir. Muchos de los judíos que habían venido a María y vieron lo que había hecho, creyeron en Él."


Sonia no continuó leyendo, ni podía hacerlo. Cerró el libro y se levantó rápidamente de su silla.


-Eso es todo acerca de la resurrección de Lázaro -murmuró grave y escuetamente, y se quedó quieta, vuelta hacia un lado, sin atreverse a mirarle como si el rubor se lo impidiera. Su temblor febril no había cesado.


El pabilo que quedaba de la vela en la palmatoria retorcida parpadeaba ya hacía rato, alumbrando apenas en el mísero aposento al asesino y a la ramera, reunidos de forma tan peregrina para la lectura de la Biblia.


Pasaron cinco minutos o quizá más.


Crimen y castigo. F. M. Dostoievski. Trad. de Isabel Vicente para Cátedra.

Fotos: (c) Jesús Martín Camacho.2011.
1. Iglesia de Santa Catalina.
2. Iglesia de la Sangre Derramada.
3-4. Catedral de Nuestra Señora de Kazán.
5. Iglesia de la Sangre Derramada.

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