martes, 13 de junio de 2006

SUGERENCIAS CINEMATOGRÁFICAS (III): PAT GARRET Y BILLY THE KID

Pat Garret & Billy The Kid (1973). Nacionalidad: Estadounidense. Director: Sam Peckinpah. Guión: Rudy Wurlitzer. Intérpretes: James Coburn (Pat Garret); Kris Kristofferson (Billy el Niño); Bob Dylan (Alias); Richard Jaeckel (Sheriff Kip McKinney); Katy Jurado (Mrs. Baker); Chill Wills (Lemuel). Música: Bob Dylan. Premios: Nominado Kris Kristofferson en los BAFTA al mejor actor novel.

Los tiempos están cambiando. Pat Garret y Billy el Niño se reencuentran en Nuevo México. Mientras Billy bebe, Pat le comenta que va a ser nombrado sheriff de ese territorio; que le han contratado para que lo mate; que será mejor que cruce la frontera. Billy no está dispuesto a hacerlo. Pat le da la espalda y sale de la cantina. Monta su caballo y se marcha. "¿Por qué no aprovechaste para matarle, Billy?" "¿Matarlo? Es mi amigo".
Dos palabras y aquí esta la película: amistad y muerte. Ése es el poema. Ésta es la épica entre dos personajes condenados a enfrentarse ahora que los tiempos están cambiando. Ahora, que uno de ellos intenta evolucionar y que el otro se resiste, no queda más que llamar a las puertas del cielo. Uno y otro. Y la civilización se les viene encima.


Una película a disfrutar en muchos aspectos. En lo visual, Peckinpah no se regodea insistentemente en sus consabidas imágenes ralentizadas; y sus planos, bastante sostenidos, abarcan la ubicación de los personajes a lo John Ford; en lo narrativo, el poema se desarrolla sin ninguna brusquedad y con un ritmo acorde a él; la música, a pesar de lo controvertida que pueda parecer a algunos (a mí, no) la participación de Bob Dylan y sus canciones, le viene como anillo al dedo; incluso la falta de música: maravillosamente presente en su ausencia en las dos escenas finales.
En fin, una película que habla de la amistad y de la muerte. Del aceptar los nuevos tiempos, aunque sepa amargo, o no hacerlo, aunque sepa a tumba. De cielos azules y de fuertes arrumbados. De encargos y de posturas vitales. De mínimos gestos y de menos palabras. De todo el tiempo que ha pasado y del poco que queda. De la amistad y la muerte.


Pat: Parece como si... los tiempos estuvieran cambiando.
Billy: Los tiempos puede. Yo, no.

No hay comentarios: