jueves, 20 de octubre de 2005

HAIKU CINEMATOGRÁFICOS

Esto va para Agustín, soñador de mundos en imágenes y palabras.

Un haiku es un poema de origen japonés, cuya versión occidental está formada por tres versos de 5+7+5 sílabas. Su contenido original habla de lo cotidiano, de la naturaleza, de aprender y de unirse a ella. De los poetas japoneses, Matsuo Bashô es considerado el mejor, con haiku como:
Un viejo estanque;
se zambulle una rana,
ruido de agua
© traducción: Fernando Rodríguez-Izquierdo
donde se unen lo eterno y lo accidental; o mi favorito:
Este camino
ya nadie lo recorre
salvo el crepúsculo
© traducción: Octavio Paz
Por su contenido, no es difícil sospechar que la poética del haiku tiene mucho en común con la filosofía zen, pero su carácter sentencioso y su juego poético propiciaron que traspasase las fronteras y fuese visitado por los autores occidentales, que le aportaron una gran variedad temática.
No es mi intención ahora disertar sobre el haiku, para ello recomiendo la página: www.elrincondelhaiku.org .
Esto sólo me ha servido como prefacio para hablar de un juego que se me ocurrió este verano en una tarde soporífera. Le propuse a mi buen amigo Agustín, gran amante y conocedor del cine (¡cada vez más!), que, vía sms, hiciésemos una competición de haikus cinematográficos con las siguientes reglas: atenernos al esquema métrico arriba mencionado, sólo una película por haiku y que éste englobara en la mayor medida de lo posible la naturaleza del film. Confieso que me ganó (pero es que es un mérito quedar segundo compitiendo con Agustín...¡aunque sólo jueguen dos!). En espera de que me dé su autorización para publicar los suyos, os dejo con los míos. Empecé por mi película favorita:
Laura (O. Preminger, 1944):
Al detective
le visitó la víctima;
bello cadáver
Otro en su honor:
Yo fui el único
que realmente sabía
quién era ella
Casablanca (M. Curtiz, 1942):
Desde que se fue
se oye siempre un piano
en Casablanca
Duelo al Sol (K. Vidor, 1946):
Muero tu muerte.
Rojo sobre el desierto.
Rótulos: The End
El marido de la peluquera (P. Leconte, 1990):
Amor eterno,
¿Por qué vas a acabarte?
Eterno amor

2 comentarios:

Iesus dijo...

Eso me enorgullece mucho, Manuel. Ya sabes, lo que comentamos esa cercana noche sevillana: ponte a escribir -leer ya sé que lo haces con asiduidad-, sobre lo que sea, el caso es ponerse manos a la obra y practicar. Es un ejercicio fabuloso y se avanza mucho. Como decían los latinos: scribere discitur scribendo ("a escribir se aprende escribiendo").
¡Un abrazo y gracias por los comentarios, compañero!

Rank up by seo dijo...

it was a wonderful chance to visit this kind of site and I am happy to know. thank you so much for giving us a chance to have this opportunity..
เกมไพ่ออนไลน์