lunes, 18 de mayo de 2009

EL DOLOR

Un anciano, su nieto. Viaje en busca de su hijo. El dolor del pasado, de lo que le está pasando, de lo que tendrá que decir. Noventa páginas de lirismo y silencio. De polvo en el recuerdo. De pasado real y presente en el pensamiento. Hay libros que dicen mucho de un pueblo sin contar nada de su historia. Afganistán tiene un nuevo trovador.

"-Sabes, anciano, el dolor, o bien se funde y mana de los ojos, o bien se convierte en un puñal que sustituye a la lengua, o bien se transforma en una bomba interior que un día explota y te hace explotar a ti también. La pena de Fateh, el guarda, tiene algo de las tres cosas a la vez. Cuando viene a verme, el dolor mana con sus lágrimas. Pero en cuanto se queda solo en la caseta, se convierte en bomba. Y, al salir y encontrarse con la gente, su dolor es la hoja de un puñal; tiene ganas de...
Ya no oyes las palabras del abacero. Te pierdes en el fondo de ti mismo, allí donde tu angustia sigue agazapada. ¿Y tu propio dolor? ¿Se ha transformado en lágrimas? No, si no, habría llorado. ¿En puñal? tampoco, aún no has herido a nadie. ¿En bomba? No, sigues vivo. No puedes describir tu dolor. Todavía no ha cobrado forma. Es demasiado pronto".

Tierra y cenizas. Atiq Rahimi. Ed. Lengua de Trapo, trad. de Masoud Sabouri. 2001.


Arroyo de la Miel. Foto: (c) jesús martín camacho.2009.

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