Y después vuelves la mirada a la izquierda y te encuentras con esto:

Por descontado que has ganado, por lo menos, un día más de existencia. Esto es a lo que yo llamo calidad de vida.
Suerte tiene el amigo que nos invitó a su casa este fin de semana.
Nada más dejar el coche en la plataforma -verdadero inicio de la ruta hacia el Circo-, un impresionante rebaño de cabras salvajes nos reciben y, tras un largo intervalo, se marchan roca arriba. Todas excepto la cría de la foto, que, curiosa, baja hacia nosotros y tan sólo regresa cuando su madre va en su búsqueda. Esta es la suerte de ir un lunes; los fines de semana, atestada la sierra, sería imposible toparte con ellas):
Comienza el ascenso y los riachuelos helados:
Tras el primer repecho, el hielo deja paso a los montoncitos de nieve que aún no terminaron de fundirse:
El paisaje (mi memoria es cinematográfica) era el de "Las aventuras de Jeremiah Johnson". O si no lo era -es lo de menos- a mí me lo pareció -es "lo de más"-:
Por fin todo el terreno se cubrió de nieve y comenzó la parte más bonita de la marcha. La subida al Circo no defraudó en absoluto (sobre todo a mí, que sólo la había hecho en verano):
Impresiona ver los Cuchillares y el Almanzor:
Y la Laguna Grande completamente helada:
Allí, la parada para comer y disfrutar del reposo. Después,camino hacia las Cinco Lagunas a través de la Puerta del Rey y vuelta. Al regreso (hacia las 7 de la tarde), el merecido descanso.
Sierra de Gredos. Ávila. Fotos: ©Jesús Martín Camacho.2007.